lunes, 24 de noviembre de 2008

FAMA

Llega la fiebre de Fama al Metro (que raro que hable del metro, creo que paso demasiado tiempo metido en el agujero).
Anoche de vuelta a casa, caminado, arrastrando los pies por el anden, noto una corriente de aire en el anden de enfrente. Y veo corriendo, cual gracil gacela a un joven espigado, con cabello largo y rizado, avanzando hacia el final del anden, corriendo sin motivo aparente, entre otras cosas porque no llegaban ningún tren y el pasillo se cierra al final, no hay salida, y zas!, da un brinco espectacular estirando sus piernas, una hacia adelante y la otra hacia atrás, y me imagino viendo el Cascanueces. Sinceramente me sorprendio, pero no tanto como a los de seguridad (algún día hablaré de ellos, merecen un capítulo aparte), que ya no le quitan ojo. Entonces yo tengo que dividir mi atención entre el joven bailarín y los vigilantes de seguridad.
El joven bailarin hace sus poses en las barras que han colocado recientemente para que se apoyen las personas de edad avanzada, hace sus cintas, anda con las puntas de los dedos de sus pies. Mientras, de reojo vigilo a los vigilantes. Se están pensando si ir al otro anden a darle un toque de atención, por escándalo o alteración del orden público.
El bailarin sigue allí, ausente, en su mundo de baile. Llega su vagón y llega el mío. Los de seguridad respiran. Se sienta en su asiento, yo en frente, y mientras nuestros trenes se separan le veo, y sentado, levanta su pierna derecha estirada y la coloca sobre la barra, hacia arriba. Supongo que será su posición de descanso.
Mañana será otro día.
Me encanta esta ciudad.

domingo, 16 de noviembre de 2008

EN LA BOCA DEL METRO

Lunes. 20:30 horas. Boca de metro de XXXX (el metro empieza a ser un tema recurrente).
He llegado pronto, como siempre, así que saco mi libro del bolso y comienzo a leer. Miro a mi alrededor. La calle está llena de gente ocupada y con prisa, subiendo y bajando por la avenida. Entrando y saliendo de la boca del metro, que los devora sin conciencia.
El escaparate de la tienda de animales está lleno, como siempre de padres e hijos comiéndose a los cachorros con los ojos, esos pobres cachorros que buscan un dueño que les quiera desesperadamente, cachorros a los que crecer es lo peor que les puede ocurrir.
Sigo esperando, y allí parado el ritmo de la ciudad es vertiginoso. Me siento un ser privilegiado, viendo desde mi espacio inmóvil el ritmo desatado de todo lo que me rodea. Y así, mirando a mí alrededor veo una persona que destaca entre las demás. Esta quieto enfrente de mí, parece que el también está como un observador estático del circo que nos rodea. Pero entre él y yo hay una pequeña diferencia, el está trabajando. Estático, inmóvil, repartiendo sus panfletos, invisible a los ojos de la mayoría, como una estatua entre el tráfico. Entran y salen, suben y bajan. Algunos cogen la propaganda, otros le esquivan, pero la mayoría ni le ven. Y allí está él, estoico, autista, con su mochila llena de panfletos que no se acaban. Ninguna sonrisa, ningún agradecimiento. Y el tiempo pasa, la gente va y viene, y yo me marcho, pero él se queda.

lunes, 3 de noviembre de 2008

NO-SE-ISMO

En pleno siglo XXI me encuentro con una extraña plaga que se propaga más rápido que la crisis económica mundial. Se trata del fenómeno que denotaré como NO-SE-ISMO. El no-se-ismo es una actitud vital que nos encontramos allá donde estemos, no importa en que parte del mundo y en que clase social, el no-se-ismo se ha implantado y está de moda.
El no-se-ista no nace, se hace, además es contagioso.
Veamos una serie de situaciones en las que nos encontramos con el no-se-ismo:
1) Nos encontramos en una ventanilla institucional realizando cualquier trámite administrativo, cuando el amable funcionario nos reclama el documeto nº 23-bis/A-JKL fundamental para que pueda dar el visto bueno a nuestra solicitud. Por supuesto nunca hemos oido hablar de ese documento, así que amablemente le preguntamos donde podemos conseguirlo. Su respuesta será inevitablemente: NO SE!
2) Estamos ahora en nuestro trabajo, y no nos aparece el bolígrafo (o cualquier cosa que sea necesaria en ese mismo instante), así que le preguntamos a nuestro compañero si ha visto el boligrafo. Indudablemente responderá: NO SE!
3) En el supermercado, en la sección de menaje del hogar encontramos un juego de tazas de desayuno que encajan perfectamente con nuestro color de cocina, alfombra del baño y los ojos del perro, pero no tiene precio, ni etiqueta, ni cógido de barras, ni ninguna identificación. Acudimos corriendo en busca de ayuda y cuando encontramos a la persona que nos puede ayudar, nos contestará, sin replica posible: NO SE!
Y así podría seguir NO SE hasta cuando. Porque el NO-SE-ISMO nos invade, se apodera de nosotros, hasta el punto que ya NO SE continuar, NO SE como acabar, NO SE ni que hora es, NO SE. Que razón tenía Sócrates, si el pobre levantara la cabeza.... (se daría con la tapa).
PILDORILLA DEL DÍA: ECLÉCTICISMO, modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas.